“La
espera que no pudo esperar”
Quizá
muchas personas en algún momento de nuestra ajetreada y apresurada
vida nos hemos preguntado qué está pasando con la juventud y es
que en la actualidad existen diversos problemas que afectan
directamente a este sector social como son las drogas, la
delincuencia, la falta de empleo, entre otros. Ahora nos enfocaremos
a uno no menos importante, que por distintos motivos se ha
invisibilizado o se ha tomado como algo común y normal, se trata de
los embarazos en la adolescencia que afectan no sólo a las zonas
rurales sino también a la urbana.
En
México según datos arrojados por el último Censo Nacional de
Población y vivienda (2010), la población entre 12 y 19 años de
edad representa el 15.6% de la población total y según información
del censo 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI) estimó que uno de cada seis nacimientos se da en jóvenes de
15 y 19 años de edad, siendo el Estado de México, Chiapas,
Veracruz, Jalisco y Puebla las entidades con mayor número de
adolescentes en estado de maternidad.
Chiapas
actualmente ocupa el tercer lugar en embarazos en adolescentes según
datos proporcionados por el programa La Infancia Cuenta En México.
Actualmente existen 12 mil 400 madres adolescentes en la entidad, lo
cual es o debiera ser alarmante, cerca de la mitad vive en zonas
rurales como es el municipio de Oxchuc, Chiapas ubicado a 48 km de
San Cristóbal de Las Casas.
En
este municipio la Jurisdicción Sanitaria número II atiende
alrededor de 50 y 60 partos al mes, más de la mitad corresponde a
mujeres entre los 12 y 15 años de edad, según datos proporcionados
por María del Socorro Vázquez García, jefa de enfermeras de esta
institución.
“Oxchuc
es una zona sexualmente reproductiva, en la cual influyen mucho sus
usos y costumbres aquí se casan a muy temprana edad, el hombre
limita a la mujer y es quien decide cuántos hijos tener aunque la
mujer se quiera cuidar el hombre no”, comentó Vázquez García.
En
este aspecto cabe reflexionar si lo que se necesita en este municipio
son talleres o pláticas informativas de salud sexual o de género y
derechos debido a que mayormente en las zonas rurales y por qué no
también urbana a las mujeres se nos enseña que el sexo es
únicamente para tener hijos sin considerar que es una cuestión que
abarca muchos otros aspectos.
Pese
a que el tema de sexo se encuentra en muchas partes, hablar de él se
torna complicado debido a que todavía se cree que es algo
pecaminoso, antiético e inmoral. A los hombres se les sigue dando
más libertad de decidir cuándo, cómo y con quién sostener
relaciones sexuales, mientras que las mujeres nos vemos muy limitadas
en estos aspectos debido a que se considera que una mujer que inicia
su vida sexual fuera del matrimonio es de lo peor y por lo
consiguiente, nos sentimos devaluadas, sin poder exigir nuestros
derechos a la sociedad y a nuestras parejas.
Entre
llantos, pañales y leche
“A
la primera no te embarazas”, “dos días después de menstruar no
hay riesgo”, “déjate llevar, no pasa nada”, estos son algunos
de los mitos que circulan entre los y las adolescentes, que muchas
veces rigen su sexualidad y por lo tanto provocan los embarazos a
temprana edad, acompañados de la falta de información verídica y
oportuna en las familias.
En
las zonas urbanas las adolescentes tienen más posibilidades de
desarrollo profesional pero el hecho de ser madre no queda anulado,
en cambio en las zonas rurales muchas jóvenes piensan que el
matrimonio las sacará de la situación en la que se encuentren y al
final las cosas no terminan siendo así. En ambos casos al
presentarse un embarazo, las jóvenes abandonan sus estudios, sus
sueños, sus planes y expectativas de vida para enfrentar su nueva
situación. En este aspecto también se vive una inmensa desigualdad
porque mientras que las mujeres dejan todo para asumir su nueva
responsabilidad, los hombres en cambio no se hacen responsables
totalmente, ya que muchas veces con el apoyo de los padres continúan
sus estudios y con ello tienen más posibilidades de desarrollo
académico, mientras que las jóvenes por ser mujeres y además
madres ya no tienen ese derecho.
Tal
es el caso de Anahí Gómez Gómez, joven de escasos 17 años quien
a su corta edad ya debe desafiar situaciones que una chica como ella
no debiera enfrentar. Anahí tuvo a su bebé a los 15 años, decidió
casarse porque estaba enamorada y creyó que las cosas serían
fáciles “antes si quería salir a pasear lo hacía, ahora ya no,
si quiero salir primero tengo que atender a mi esposo y a mi hijo”
comentó.
Dentro
del municipio de Oxchuc este fenómeno es el pan de cada día ya que
existe un alto índice de embarazos prematuros, día con día vemos
circular por las calles a adolescentes que por su decisión o no, han
aceptado jugar por adelantado el rol de madres, se les ve cargando
hijos en vez de cuadernos y libros, preocupadas por sus quehaceres de
la casa en vez de sus actividades de la escuela que ya han quedado en
el olvido.
Anahí
actualmente se encuentra cursando el último nivel de secundaria en
el Instituto Nacional de Educación para Adultos (INEA) para poder
obtener su certificado ya que debido a la situación a la que se
enfrentó no pudo concluirla cuando solo le faltaban dos meses, “mi
esposo me dijo que aunque nos casáramos dejaría que yo siguiera
yendo a la secundaria, pero después de que nos juntamos ya no me
dejó ir, porque mi suegra le dijo que no me dejara,” comentó.
“Por
ahora me interesa poder sacar mi certificado espero que el lunes que
voy hacer mi examen lo pase, pero me preocupa que no sea válido pero
pues es la única manera que encontré para sacarlo,” argumentó.
Ésta es solo una de las muchas situaciones a las que se tienen que
enfrentar las madres adolescentes.
El
embarazo en adolescentes no sólo provoca la deserción escolar,
también afecta la vida personal de las mujeres, la crianza y
educación de los hijos representa también un serio problema. Se
ha estudiado que la morbi-mortalidad infantil es más elevada cuando
las madres son adolescentes, los hijos o hijas de estas madres suelen
tener bajo el peso y la talla al nacer, y en algunas ocasiones pueden
tener menor coeficiente intelectual que el normal. “Cuando
tuve a mi bebé no sabía cómo cuidarlo, mi mamá me enseñó pero
aún siento que no sé cómo hacerle, a veces me desespera por no
saber qué tiene cuando llora,”
enfatizó Anahí.
También
las complicaciones médicas que se presentan son un serio problema:
abortos y partos prematuros; también es común que se practique
cesárea o se utilicen fórceps durante el parto. Asimismo, es
frecuente que el trabajo de alumbramiento tenga mayor duración,
ocasione alteraciones en la madre y sufrimiento fetal agudo en el
bebé.
“Aquí
en Oxchuc los problemas más frecuentes en las jóvenes embarazadas
es la preclamsia y eclampsia en algunos casos se tienen que
practicar cesáreas cuando la pelvis está muy cerrada, pero en estos
casos las trasladamos a San Cristóbal,” mencionó Vázquez
García, jefa de enfermeras del centro de salud.
A
pesar que en el municipio se imparten constantemente talleres de
salud sexual esto parece no ser la solución a esta problemática,
“Se manejan talleres de sexualidad estos se maneja por núcleo,
cada núcleo tiene un enfermero de campo, cada enfermero maneja
cuarenta y tantos temas, digamos ahorita que estamos en la semana del
cáncer de mama y cervicouterino tiene que dar talleres acerca de eso
y el mes pasado fue el mes del adolescente se dieron talleres acerca
del condón y de enfermedades de transmisión sexual y se maneja ya
sea por enfermeros de campo, trabajo social o dirección”
argumentó.
De
igual manera, Vázquez García hizo mención de que en el centro de
salud se les regalan condones cuando las y los jóvenes lo solicitan,
sin embargo, recalcó que en la institución estos están contados y
por lo tanto limitados.
Pequeñas
grandes mujeres
Siempre
que nos encontramos con alguna dificultad en nuestro camino los seres
humanos solemos reaccionar de diferentes formas, lo correcto dicen
es hacerle frente a la situación. Las adolescentes embarazadas al
igual que todas las demás personas buscan lo que a su perspectiva es
lo correcto para enfrentar las circunstancias en las que se
encuentran sumergidas, muchas veces buscan el apoyo de sus amistades
o de algún familiar cercano a ella que la mayoría de las ocasiones
son jóvenes de su misma edad.
A
causa de su inexperiencia e inmadurez un positivo en la prueba de
embarazo representa para las y los adolescentes el fin del mundo,
de sus sueños, de su plan de vida por lo cual la mayoría de las
veces lo primero que viene a su mente es un aborto, por miedo a los
papás sumándole en muchas ocasiones el abandono de la pareja.
Jessica
es una mujer delgada, con la mirada llena de ojeras que pone en
evidencia muchas noches de desvelo, el cabello largo y obscuro
alborotado por el viento, se voltea a mirarme con una leve sonrisa
dibujada en su rostro, antes de responder a la primera pregunta que
le hago, guarda silencio como si con ello tratara de llegar a lo más
profundo de su memoria y su corazón, tiene actualmente 31 años y
tres hijos que criar y mantener, uno de ellos lo trajo al mundo a
sus escasos 15 años de edad “quedé embarazada de mi primer bebé
a los 15 años, cuando estaba en tercero de secundaria, la verdad
para mí fue muy difícil porque el papá de mi hijo no quiso hacerse
responsable, cuando le dije que estaba embarazada él dijo que era mi
culpa y que yo tenía que ver cómo le hacía, nunca pensé en
abortar porque no sabía ni siquiera qué era o cómo se hacía ”.
Las
causas de los embarazos en las adolescentes son diversas pero
mayoritariamente se debe a la falta de información acerca de su
sexualidad y del uso de métodos anticonceptivos “yo no sabía nada
de métodos anticonceptivos en la escuela se hablaba muy poco de
sexo, en mi casa menos, mi mamá nunca me habló de eso, nos daba
pena hasta la regla” expresó con un suspiro Jessica. “Cuando
supe que estaba embarazada sentí mucho miedo de lo que dirían mis
papás por eso no les dije nada, la única que se enteró fue una
prima, así estuve 7 meses de embarazo, como mi papá era maestro
casi nunca estaba en la casa, mi mamá estaba casi siempre pero
tampoco se dio cuenta porque yo antes estaba yo gordita y cuando se
empezó a notar mi panza me ponía yo mi suéteres grandotes y no me
los quitaba hasta en la noche cuando ya me iba a dormir, mi mamá lo
supo porque mi prima le dijo a mi tía y ella le vino con el chisme a
mi mamá” mencionó Jessica con un leve tono de rencor en la voz.
Éste
es solo uno de los muchos casos de adolescentes que sorprendentemente
logran ocultar su embarazo hasta etapas tan avanzadas y que muchas
veces son la causa de varios problemas para la salud de ellas, ya
que su cuerpo está en pleno desarrollo y aún no se encuentra
preparado para ser madre, pero estas complicaciones aumentan cuando
no se lleva a cabo un control prenatal.
“Cuando
nació mi bebé mi mamá lo cuidaba mientras iba a la escuela, yo la
verdad no sabía cómo cuidarlo pensé que sería fácil porque
estaba acostumbrada a cargar y cuidar a mis hermanitos pero pues no
es lo mismo un hermanito que un hijo y aparte los reclamos y los
reproches constantes de mis papás a veces me desesperaban y
deprimían, no podía salir ni siquiera con el pretexto de un
trabajo, las otras muchachas de la escuela hablaban a mis espaldas,
eso hacía en ocasiones que me dieran ganas de dejar la escuela,
dejar a mi familia, irme a otra parte con mi hijo pero gracias a Dios
no lo hice. Al terminar la secundaria pensé que ya no me darían la
oportunidad de continuar la prepa ni siquiera se los pregunté a mis
papás, pero ellos me preguntaron si quería seguir estudiando lo
podía hacer pero con un montón de condiciones” señaló Jessica.
La
deserción escolar es otro problema grave que causa los embarazos a
edades tan tempranas, la mayoría de las veces la nueva
responsabilidad que asumen las adolescentes sumadas a la falta de
apoyo económico de los padres, no les permiten continuar con sus
estudios y recrearse como debiera de ser a su edad.
“Mi
hijo prácticamente lo creció mi mamá, a mí se me hacía difícil
poder verlo como un hijo a veces quería creer que era mi hermanito
porque yo me sentía todavía una niña, quería hacer otras cosas
como salir con amigos, ir de aquí para allá como lo hacían mis
amigas de la prepa pero pues yo ya no podía, mi mamá no me dejaba
mi papá menos. Al concluir la prepa presente un examen para entrar
al magisterio en educación bilingüe que afortunadamente pasé y
empecé a ganar mi dinero, al principio mi hijo me llamaba por mi
nombre no me decía mamá aunque sabía que yo era su mamá, para mí
también era raro que me llamara mamá cuando empezó a hacerlo pero
bueno es mi hijo y a pesar de todo lo quiero mucho” expresó
Jessica mientras miraba hacia ninguna dirección.
Jessica
por fin fija la mirada y lo hace sobre mi rostro, con un respiro
enorme y profundo prosigue, “pues ahora, no tengo cómo
agradecerle a mis papás la oportunidad de seguir estudiando para
poder tener el trabajo que ahora tengo, quizás si hubiera tenido la
información que ahorita hay no me hubiera pasado lo que me pasó
pero mejor ni digo nada porque a pesar de que ahorita ya se maneja un
poco más en las escuelas de estos temas aún las niñas se siguen
casando y embarazando muy chicas y pues quién sabe a qué se deba,
quizás la información que se da no es lo que se necesita”
concluyo con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro.
Es
evidente que la implementación de talleres de parte del sector salud
en torno a la prevención del embarazo en Oxchuc no es suficiente,
hace falta crear espacios cómodos que proyecten confianza para la
atención de dudas, consultas y consejería médica y psicológica
para las y los adolescentes del municipio, quienes representan un
sector muy importante y sin embargo han sido puestos a la deriva, por
lo cual pedimos a las autoridades correspondientes y por qué no a la
ciudadanía no hacer caso omiso a las necesidades que proyecta en
todo su esplendor la juventud oxchuquera.
Por:
Teresa del
Carmen Sántiz López
María
Asunción Núñez Méndez
María
Cristina Díaz Díaz
Patricia
López Díaz.
Estudiantes
de la Licenciatura en Comunicación Intercultural
Fotos: María Asunción
Núñez y Paty López Díaz
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