Al caminar por la comunidad de Amatenango del Valle, se pueden apreciar distintas escenas que fácilmente pueden dar un pequeño tour por ésta. Por un lado, se observa a mujeres caminando por las calles, con ese vestuario tan típico que las distingue y por otro, mujeres en el patio de su casa trabajando el barro para empezar a crear arte.
Deambulando
por la carretera pueden verse esas artesanías tan brillosas: lacas,
maceteras pintadas o más bien manchadas con acrílico, hongos, ranas
y demás objetos llamativos y dignos ejemplos de artesanías de
barro, pero con una pequeña característica: No son piezas de
Amatenango del Valle.
Esto
puede llegar a generar confusión entre el turismo, ya que se puede
confundir la alfarería propia con esas piezas llamativas elaboradas
en serie, provenientes de otros lugares: Michoacán, Guerrero, Oaxaca
y Puebla, entre otros estados de la república, transportadas en
camiones de carga.
Años
atrás, las piezas que se exhibían en esa zona llamada el portal,
eran ejemplos de la alfarería propia de Amatenango del Valle.
El problema se hace más grande
Sobre
el tema de las artesanías externas existen diferentes puntos de
opinión; por ejemplo, para las artesanas tradicionales, que elaboran
piezas de barro propias de Amatenango del Valle, sí representa una
problemática.
“Nos
está afectando, también, ese tipo de trabajo que les están
viniendo a dejar porque ya la gente no le gustan las palomas; sino,
los tipos de macetas de Michoacán, ya no compran”. Comentó Simona
López, líder del grupo de alfareras Bantzaan, “la
gente antes cuando no llegaba a vender ese camión entraban a buscar
palomas en la comunidad” señala doña Simona López.
Por
otro lado, el antropólogo Ramón Bautista, habitante de la
comunidad, y elaborador de artesanía tradicional, junto con su
familia, menciona:
“Aquí
la imagen de la cerámica propia de se está quedando en el olvido
(…)Por comprar productos de otros estados, me imagino que debe
tener un costo menor que puede doblar el precio y tienen más
ganancias, eso visualizo.”
Y
es que anteriormente, relatan los artesanos, el turista veía cómo
se quemaban las piezas a cielo abierto; entraban a conocer la
comunidad; apreciaban cómo se trabaja, se esculpía y se creaban
estas piezas artesanales.
Entonces,
el fenómeno no sólo se estaría deteniendo en lo económico, sino
también entraría en el terreno de lo cultural, de la pérdida de
identidad, de una gran parte de la comunidad.
Sin
embargo, la argumentación de los alfareros que conservan las
prácticas tradicionales se inclinan hacia un aspecto conflictivo,
que perciben como una problemática.
¿Quién ofrece asistencialismo?
El
Museo de Artes Populares de Chiapas, es un órgano encargado de
propiciar un espacio para jóvenes, artesanas, creadores y promotores
de la cultura de todo el estado de Chiapas, el cual trabaja con el
Consejo Nacional para la Cultura y Las Artes (CONACULTA).
El
director, Mariano Pérez Ruíz, plasma que este fenómeno tiene que
ver con un aspecto de globalización, y que no es sólo propio de
Amatenango del Valle.
“No
solo ocurre en Chiapas este fenómeno; yo trabajo a nivel nacional
y me dicen que hay quejas también en Puebla, que ya hay palomas de
Amatenango del valle en Puebla; es el mercado nacional el que se
está abriendo a eso se ha dedicado lo que es el fondo nacional de
fomento nacional CONACULTA.”
La
misma dirección nacional de Culturas Populares, se ha encargado de
gestionar encuentros entre artesanos de diferentes partes del país,
lo que ha permitido el intercambio de conocimientos.
“Llevamos
a las mujeres a los encuentros nacionales para que convivan,
compartan sus experiencias vivan, cómo se hace la alfarería en
Puebla, en Oaxaca en todo, entonces entre ellas ya hay exposiciones,
mira yo tengo un aparador allá en Chiapas no te gustaría llevar, ah
sí como no, entonces yo me llevo una así, se están haciendo
intercambios desde mi punto.”
Asimismo,
Pérez Ruíz plasma que también existen reclamos de la comunidad,
porque las ventas son bajas, además, las grandes maestras artesanas,
no se encuentran en las orillas de la carretera.
Quizás
estos aspectos influyan en optar por las ventas de artesanías
externas, y no mostrar lo tradicional, pero ¿qué dicen al respecto
las vendedoras de este tipo de piezas de barro?
En
una entrevista que se realizó a una de varias vendedoras, ubicadas
en locales en orilla de la carretera, la cual fue en off de record
para quedar en anonimato y a la cual llamaremos Sofía. Ella mencionó
puntos que a su criterio argumentan el por qué de la elección de
artesanías externas, y el por qué el gusto de los turistas hacia
ellas.
En
primer lugar un factor que influye es la resistencia de las piezas.
Las artesanías externas, son más resistentes en comparación a las
locales. Sofía mencionó que el material con el que se elaboran las
piezas de barro de la comunidad es más frágil y fácil de romper.
A
ella no le agradaría la idea de que un día, un cliente le reclame
porque una de sus piezas se rompió con facilidad; es por eso que
opta por ofrecer el otro tipo de pieza, el cual ya viene barnizado
con chapopote, por lo cual lo hace más resistente.
Sofía
a pesar de vender artesanía externa, también sabe elaborar las
piezas tradicionales. Es por eso que ella conoce la gran competencia
que hay en la elaboración de piezas locales, lo cual ha influido en
cambiar a la alfarería externa.
A
esto, se le suma que los colores que regularmente se usan no son muy
vivos o llamativos en contraste con las artesanías externas que
cuentan con colores muy fuertes, que es lo que al gran turismo que
llega a la comunidad, le agrada.
A
pesar de eso, “Sofía” intentó darle un toque más colorido a la
artesanía tradicional, pero resulta que el precio al que las vendía
no era redituable:
“Nosotros
que decoramos de manera diferente, pues no porque no te lo pagan,
entonces yo salgo perdiendo.”
Estos
puntos engloban un aspecto que se inclina a que todas necesitan
vender para sobrevivir. La alfarería más que ser una forma de
expresión artística, es principalmente una actividad económica.
“Es
de como dijera mi papá, todos queremos comer (…) tuve que buscarle
otra cosa que, probablemente mis compañeras no lo tengan y que sea
comercial a mí; no dejo de vender de vender barro de aquí, porque,
no le miento sale, no como salen los soles, pero salen” reiteró
“Sofía”.
Varias
mujeres que cuentan con locales a la orilla de la carretera, en la
comunidad, sólo se dedican a comprar y vender las artesanías,
incluso las locales.
Además,
cada una de ellas tiene sumo cuidado con guardar piezas nuevas, para
que no sean copiadas por las demás.
Si
bien, “Sofía” muestra sinceridad y le dice al turismo que dichas
piezas no son respectivas de la comunidad, si se lo preguntan; otras
mujeres se adjudican los méritos y las hacen pasar por artesanías
propias, elaboradas por ellas mismas.
Existen
características muy particulares entre las artesanías locales de
las externas. Sin embargo, no todo el consumidor en general, logra
identificar estas particularidades. Esto puede generar una idea
errónea, principalmente en el turismo, la cual haga creer que todo
lo que se exhibe y se comercia, en esos puntos de venta son
artesanía propia de la comunidad.
A
partir que el turista imagina, que las piezas son de las alfareras y
que ellas mismas se otorgan la creación de las piezas, esto incita a
pensar que las imágenes que son representativas en la alfarería de
la comunidad de Amatenango del Valle como: El jaguar y la paloma se
vean cada día desplazadas por las mismas alfareras del portal.
Autores
del reportaje/ Estudiantes de la Licenciatura en Comunicación
Intercultural
Karen
Andrea López Morales
David
Emmanuel Aguilar Gómez
Eduardo
Vázquez Zavala
Luis
Adelfo Jiménez Toledo
Fotos: David E. Aguilar y Eduardo
Zavala
Listado
de Referencias
Henríquez,
E. (2007, 8 de abril). "Nacer y morir como alfarero", la
tradición en
Amatenango del Valle. La Jornada. [En
línea]. Disponible en:
http://www.jornada.unam.mx/2007/04/08/index.php?section=estados&article
=022n1est [2012, 12 de marzo].
Instituto
de Artesanía Chiapanecas. (1990). EL FUEGO SOBRE LA TIERRA:
ALFARERAS DE AMATENANGO/INSTITUTO DE LA
ARTESANÍA
CHIAPANECA. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas:
Instituto de la Artesanía
Chiapaneca.
Martínez,
M. (2012, 17 de septiembre). ADIÓS A JULIANA LOPEZ, CREADORA
DE “LA PALOMA” DE AMATENANGO DEL VALLE.
[En línea]. Disponible
En:
http://miradasur.com/index.php/noticias/relevantes/63
adiós a Juliana-
López
creadora-de-la-paloma-de Amatenango-del-valle. [2012, 28 de
Septiembre].
Vallarta,
L. & Ejea, M. (1985). Antropología Social de las Artesanías en
el Sureste
de México: dos estudios. México, D.F.:
Cuadernos de la Casa Chata.
Vázquez,
E., Jiménez, L., Aguilar, D., y Morales, K. (2012, Octubre).
[Entrevista
con la señora Simona, alfarera de
Amatenango del Valle]. Grabación en
audio.
Comentarios
Publicar un comentario
DÉJANOS TU COMENTARIO